Jun 22, 2007

El Lenguaje de la Vida (Parte I)

Jueves 6 de Octubre de 2006

La Revuelta

A ANTONIO BELTRAN

El lenguaje de la vida (Parte I)

Pensar en el ser humano como una maquina con autonomía e inteligencia, es a menudo una comparación que sirve como referencia en el desarrollo y la aplicación de tecnologías de carácter cibernético, en la actualidad podemos observar esto de manera acentuada en el campo de la robótica e informática, la maquina humana es un termino empleado para referir al alter ego de distintas aplicaciones, que de igual forma utilizan redes neuronales y lógica difusa en maquinas que nos ayudan a lavar la ropa o en algoritmos complejos capaces de “reconocer” y “entender” comandos de voz. La perfección del mecanismo de homeostasis de los seres vivos y en particular del ser humano es a menudo motivo de inspiración para creaciones en áreas multidisciplinarias como la biocibernética y la biónica, la llamada Inteligencia Artificial (AI) por ejemplo, es un campo de estudio que utiliza entre otros conocimientos los principios básicos de organización y funcionamiento del tejido neuronal en el cerebro y los transforma en modelos matemáticos para generar algoritmos útiles en muchas aplicaciones capaces de ejecutar de manera rudimentaria funciones que asemejan el complejo funcionamiento de la percepción en los humanos; una maquina puede valerse de la Visión Artificial (aplicación de la AI) para reconocer patrones, colores e incluso rostros y huellas digitales. A diferencia de los procesos biológicos que las han inspirado, la mayoría de las aplicaciones tecnológicas (informáticas o robóticas), presentan una deficiencia evidente en el desempeño, la flexibilidad y la adaptación ante el mundo real, en todos los casos nos encontramos frente a una profunda desventaja que la tecnología aun tendrá que cobrar a la maquina huma.

¿Por qué los mecanismos biológicos como la homeostasis o la percepción visual y auditiva funcionan mejor que las maquinas creadas por el hombre? ¿Por qué las funciones biológicas son evidentemente más complejas que cualquier modelo y algoritmo desarrollado por el hombre? ¿Por qué las creaciones biológicas son profunda y sustancialmente superiores (hasta el momento) a cualquier creación humana? Estas interrogantes podrían ser resueltas por el tecnócrata optimista, afirmando que el ente biológico es superior a la maquina porque así lo ha concebido el humano creador, es decir, porque la humanidad nunca ha pretendido crear una maquina que supere y reemplace al hombre, con todas la implicaciones que esto conlleva (aunque parezca futurismo o ciencia ficción), no debiéramos olvidar los cuestionamientos éticos que acarrea la violación de las famosas leyes de la robótica de Isaac Asimov, la realidad en cambio, revela una respuesta contraria, ¿Cual fue el objetivo del proyecto Deep Blue de IBM y la universidad Carnegie Mellon? ¿Cuál fue el objetivo del proyecto Cyc KB de Cycorp y la universidad de Pennsylvania? ¿Cual ha sido el objetivo del proyecto ASIMO de Honda? por citar algunos casos de compañías transnacionales interesadas en el “progreso tecnológico”. Durante todos estos años de desarrollo, ¿Cual ha sido el objetivo de la AI?, ¿Crear sofisticados sistemas que diagnostiquen “raras” enfermedades como la gripe o el estrés? ¿Crear androides serviciales para llevar a cabo las tediosas tareas domesticas o recibir de manera cordial a un huésped en el Holiday Inn?, ¿A caso no hay suficientes humanos desempleados en el mundo capaces de realizar esas tareas de forma por demás eficiente? Si la orientación de estas aplicaciones tecnológicas nos lleva a proyectos como los de Honda, Cycorp e IBM, no cabe duda que existe una contradicción en lo que se divulga como el objetivo y el verdadero fin de estas tecnologías (como ocurre a menudo en el capitalismo voraz), el simpático androide servicial que la tecnología japonesa nos pinta, no dista mucho de la poderosa maquina capas de derrotar al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov 1996, ambos son conceptos que utilizan principios de funcionamiento similares cuyas aplicaciones en la vida real presentan coincidencias fundamentales que se suceden, esto es, uno pretende superar al hombre y el otro reemplazarlo (superar para reemplazar); pensar de esta forma respecto al desarrollo de las nobles maquinas que nos facilitan la vida parecería una idea en extremo futurista que además atenta contra el progreso (retrograda), sin embargo hay cuestiones poco claras en este sentido, ¿Con que fin practico se crea un androide durante años de investigación para reemplazar al humano en tareas triviales? ¿Ahorro de costos, avance tecnológico, progreso para quien? ¿Con que fin práctico se crea una maquina que derrote al hombre en una disciplina del dominio enteramente humano?, ¿Para probar poder tecnológico y después dejarlo ociosamente sin utilidad práctica? Tal ves no logremos descubrir el verdadero fin hasta que la aplicación emerja irremediablemente del laboratorio secreto, podría ser que en un futuro la humanidad se sorprenda y el avance tecnológico se revolucione con la aparición de un temerario robot que desactive artefactos del “terrorismo” Afgano, sin embargo un descalabro tecnológico podría ocurrir con la creación de una maquina “inteligente” que ayude al terrorismo imperialista estadounidense. Nos guste o no a pasar de lo que opine la comunidad científica en distintas potencias económicas como Japón o EUA, el verdadero desarrollo tecnológico no se logra siguiendo el camino donde la economía globalizada ocasiona la muerte por desnutrición de niños en países subdesarrollados como Somalia o México, mientras en países desarrollados la investigación ociosa engendra maquinas que juegan ajedrez y androides preprogramados que aprenden a caminar dando los buenos días.

No comments: